Reflexiones mentalmente marítimas y físicamente terrestres
Volviendo a leer una de mis obras literarias predilectas, la obra maestra culminante de la novela romántica Moby Dick de Herman Melville , reflexioné sobre innumerables asuntos imaginando que flotaba, adormecido, por refulgentes aguas más allá del Cabo de Hornos. Sentía la suave brisa de los vientos procedentes de la tierra del fuego y aún sufría el hinchazón provocado por una copiosa ingestión de carne de tiburón... Súbitamente me ví envuelto en una oscura galerna, rodeado entre tinieblas y resplandecientes fogonazos de Zeus pude recordar lo que me había propuesto días atrás, escribir para ustedes este texto sobre cine marítimo.
Aventuras marinas
Las aventuras marítimas son el contexto ideal para la creación pues ofrecen dos posibilidades igualmente atractivas (y susceptibles de ser entrelazadas) para el desarrollo de obras cinematográficas:
1. DRAMAS MARINOS: Los océanos son el escenario ideal para desnudar de elementos superfluos a la trama de un filme y así abordar los aspectos fundamentales del alma humana. El mar provoca que el hombre retorne de manera inevitable a la naturaleza ( el ser humano no ha podido dominar al mar como lo ha hecho con la tierra), aisla al hombre y así se elimina un elemento que define su personalidad: la vida en sociedad. La relatividad de las leyes, de las relaciones de jerarquía, de las costumbres...
El hombre, animal socializado, se ve compelido así a mirar en su interior, sus relaciones con los escasos compañeros de viaje están circunscritas al ámbito de la supervivencia y los elementos de la naturaleza forjarán su carácter, acomodado hasta entonces por su artificial vida terrestre.
El mar, desierto azul que impone los rigores de la soledad al ser humano, lugar en el que el hombre está obligado a mirarse en el espejo más claro y despiadado: su conciencia.
2. AVENTURAS VITALISTAS MARINAS: También los mares son marco ideal para lances de vitalista aventura. La inexplicable sensación provocada por el descubrimiento de nuevos horizontes, la amistad forjada en sangre y peligros o, superado el inicial y traumático periodo de adaptación, el despertar de los sentidos animales.
Entre las procelosas aguas el ser humano puede llegar a conquistar la libertad que le había sido negada por el infranqueable muro de cemento en el que le habían confinado sedosas e invisibles mordazas.
Después de esta modesta introducción a la temática marina en el ámbito cinematográfico quería mostrarles mis preferencias en el género mediante la siguiente lista, ordenada por orden de preferencia.
Obsérvese que he limitado el número de filmes a diez y, por otra parte, omito obras de gran importancia por no poder incardinarse claramente en el género: Los contrabandistas de Moonfleet (Fritz Lang), Los vikingos (Richard Fleischer)...
Los diez mejores filmes marítimos
1. Moby Dick (John Huston, 1956)
2. El mundo en sus manos (Raoul Walsh, 1952)
3. La mujer pirata (Jacques Tourneur, 1951)
4. El hidalgo de los mares (Raoul Walsh, 1951)
5. El lobo de mar (Michael Curtiz, 1941)
6. Rebelión a bordo (Frank Llyd, 1935)
7. La fragata infernal (Peter Ustinov, 1962)
8. 20.000 leguas de viaje submarino (Richard Fleischer, 1954)
9. Capitanes intrépidos (Victor Flemming, 1937)
10. El temible burlón (Robert Siodmak, 1952)
3 comentarios
Cineyarte -
La fragata infernal es un filme notable (reparto magnífico, algunos detalles en la puesta en escena) aunque excesivamente literario, excesivamente dialogado y poco imaginativo en lo puramente cinematográfico.
Obra coherente, sólida, quizás sea la mejor obra de Peter Ustinov en su faceta de realizador.
father_caprio -
cincolinks -
Saludos, espero verte por www.cincolinks.com.