Crítica número 49: La rosa negra (Henry Hathaway, 1950)
Desconcertante recorrido histórico
La rosa negra desconcierta debido a la multitud de temas que trata (honor familiar, dudas existenciales del protagonista provocadas por su falta de arraigo a una familia o lugar, legitimidad de las conquistas, confrontación entre el idealismo y el realismo, avances de la ciencia...) y a la disparidad de parajes en los que se desarrolla (Inglaterra, Mongolia, China).
Mezcla extraña e interesante de exotismo e historia medieval, de evasión aventurera y reflexión intelectual, La rosa negra se beneficia del oficio de sus notables intérpretes principales (Power, Welles, Hawkins, Rennie y Currie) y de una magnífica labor fotográfica de Jack Cardiff. Sin embargo adolece de ciertas indefiniciones en su guión que impiden que Hathaway obtenga una obra totalmente redonda.
Cabe, no obstante, resaltar su singularidad y el magnífico divertimento que conlleva su visionado.
Mezcla extraña e interesante de exotismo e historia medieval, de evasión aventurera y reflexión intelectual, La rosa negra se beneficia del oficio de sus notables intérpretes principales (Power, Welles, Hawkins, Rennie y Currie) y de una magnífica labor fotográfica de Jack Cardiff. Sin embargo adolece de ciertas indefiniciones en su guión que impiden que Hathaway obtenga una obra totalmente redonda.
Cabe, no obstante, resaltar su singularidad y el magnífico divertimento que conlleva su visionado.
Puntuación: 3,5/5
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