Crítica número 28: Lawrence de Arabia (David Lean, 1962)
Lawrence de Arabia es una película colosal que da una lección a aquellos que identifican cine de gran presupuesto con baja calidad o superficialidad.
El cine de la actualidad es insufrible, pueril, superficial, chorra, prefabricado, de bajo calado intelectual y emocional... Incluídas las películas europeas de bajo presupuesto y el denominado cine independiente o cine que está fuera de círculos comerciales: no sé que es peor, si el cine desastroso en todos los sentidos antes descrito o el mismo cine pero con pretensiones.
El cine es fantasía más o menos verosímil ( hoy se empeñan algunos en creer que hacer buen cine es mostrar la realidad en su manera más cruda y descarnada: eso no es cine, el cine es ficción, para ver la realidad no es necesario ir al cine: esta corriente es fruto de cineastas limitados que no son capaces de aportar un enfoque original a sus historias ni de dotarlas de eficacia universal ) y dentro de esta fantasía que es el cine se encuentral Lawrence cabalgando por las dunas de Arabia, jefes de tribus autóctonas en una guerra fraticida, conspiraciones políticas, hombres íntegros, violencia desenfrenada y sobre todo el romanticismo intangible del desierto, la belleza más paradójica jamás filmada.
La escena de la cerilla fusionándose con el esplendor del sol, la loca matanza indiscriminada de prisioneros, el interrogatorio del reprimido oficial turco, la luz somnolienta del sol, los camellos transitando por la lejanía o la toma de Akabah ( escena increíblemente bien planificada, es una muestra de simplicidad y elegancia ) son muestras de la maestría de David Lean, excepcional realizador que llegaría pletórico a su retirada provisional con la Hija de Ryan de 1970, en parte forzada por algunos mequetrefes insoportables que no le concedían el derecho a crear nada después de Breve encuentro.
El cine de la actualidad es insufrible, pueril, superficial, chorra, prefabricado, de bajo calado intelectual y emocional... Incluídas las películas europeas de bajo presupuesto y el denominado cine independiente o cine que está fuera de círculos comerciales: no sé que es peor, si el cine desastroso en todos los sentidos antes descrito o el mismo cine pero con pretensiones.
El cine es fantasía más o menos verosímil ( hoy se empeñan algunos en creer que hacer buen cine es mostrar la realidad en su manera más cruda y descarnada: eso no es cine, el cine es ficción, para ver la realidad no es necesario ir al cine: esta corriente es fruto de cineastas limitados que no son capaces de aportar un enfoque original a sus historias ni de dotarlas de eficacia universal ) y dentro de esta fantasía que es el cine se encuentral Lawrence cabalgando por las dunas de Arabia, jefes de tribus autóctonas en una guerra fraticida, conspiraciones políticas, hombres íntegros, violencia desenfrenada y sobre todo el romanticismo intangible del desierto, la belleza más paradójica jamás filmada.
La escena de la cerilla fusionándose con el esplendor del sol, la loca matanza indiscriminada de prisioneros, el interrogatorio del reprimido oficial turco, la luz somnolienta del sol, los camellos transitando por la lejanía o la toma de Akabah ( escena increíblemente bien planificada, es una muestra de simplicidad y elegancia ) son muestras de la maestría de David Lean, excepcional realizador que llegaría pletórico a su retirada provisional con la Hija de Ryan de 1970, en parte forzada por algunos mequetrefes insoportables que no le concedían el derecho a crear nada después de Breve encuentro.
Puntuación: 5/5
0 comentarios