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Cineyarte

Crítica número 12: Una mujer en la playa (Jean Renoir, 1946)

Crítica número 12: Una mujer en la playa (Jean Renoir, 1946)
Sublime reflejo de la imperfección
Un hombre atormentado, traumatizado por una reciente experiencia bélica, es destinado al sevicio de guardacostas. Está a punto de contraer matrimonio cuando una extraña pareja compuesta por un pintor ciego y su enigmática mujer se interpone en su camino...

Observando esta película elíptica ( posiblemente debido a los cortes realizados por la productora ), intensa, apasionada, terriblemente bella, feroz, fantasmagórica, uno tiene la sensación de estar asistiendo a uno de aquellos espectáculos artísticos milagrosos: lo que sucede fuera y dentro del campo de visión, lo que se cuenta y lo que se sugiere se entrelaza forjando una riquísima amalgama de matices, sensaciones de todo tipo, de preguntas y respuestas de infinita riqueza.

Obra paradójica ( los cortes efectuados parecen haber sublimado su esencia en vez de empobrecer su resultado ) en la que unos actores y fotografía soberbios se unen a la dirección maestra de Renoir. Hay algo trágicamente bello e inexplicable en este filme mutilado por políticas de estudio, es semejante a una bellísima escultura griega que ha sido deteriorada, a la que se le ha privado de algún fragmento, pero este hecho, lejos de disminuir su belleza, la resalta resultando su maltrecha figura inquietantemente bella, tan bella y evocadora como lo son los restos del naufragio que yacen en la playa del filme aquí comentado...

Puntuación: 5/5

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