Crítica número 6: Ran (Akira Kurosawa, 1985)
Kurosawa cada vez más abstracto.
Ran es un maravilloso lienzo colorista en el que el vigor del cine de Kurosawa brilla con intensidad, pero de manera fugaz. Ran es demasiado abstracta, imprecisa argumentalmente, estática.
Su mayor virtud es a la vez su mayor defecto, su eléctrico esteticismo resulta superficial. Ran es una película que intenta ser poética, metafísica, pero resulta fría, vacía, sin tensión dramática y con personajes postizos.
En su última etapa el maestro volvió a sus incios como estudiante de bellas artes. Tal es su pasión por el color, por las formas y por la expresión metafísica de la imagen que en este caso olvida ciertos aspectos del arte cinemqatográfico que tan bien dominó en otras obras (Trono de sangre, Los siete samurais, Dersú Uzala, Barbarroja).
Su mayor virtud es a la vez su mayor defecto, su eléctrico esteticismo resulta superficial. Ran es una película que intenta ser poética, metafísica, pero resulta fría, vacía, sin tensión dramática y con personajes postizos.
En su última etapa el maestro volvió a sus incios como estudiante de bellas artes. Tal es su pasión por el color, por las formas y por la expresión metafísica de la imagen que en este caso olvida ciertos aspectos del arte cinemqatográfico que tan bien dominó en otras obras (Trono de sangre, Los siete samurais, Dersú Uzala, Barbarroja).
Puntuación: 3/5
0 comentarios