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Crítica número 54: Los contrabandistas de Moonfleet (Fritz Lang, 1955)

Crítica número 54: Los contrabandistas de Moonfleet (Fritz Lang, 1955)
Aventuras intimistas
Hace un tiempo leía en la soledad de mis aposentos una excelente crítica que Carlos F. Heredero escribía, con excelencia, en 1987 para "Mundo obrero". Era una crítica que valoraba el grado de elaboración visual y temática de Moonfleet. Resaltaba la profundidad escondida tras el vitalismo de las aventuras juveniles que se narra en dicha obra.

Se trataba de una crítica sublime, magníficamente escrita e intelectualmente elaborada. Después de reflexionar sobre Moonfleet debo admitir que he llegado a las mismas conclusiones.

Moonfleet es un filme intimista que posee una densidad emocional mayor de lo normal en el género de las aventuras. Empieza de manera sublime, introduciéndonos en la situación de manera violentamente lírica, profundamente atrayente... Poco a poco la densidad inherente al cine de Fritz Lang se deja ver entre mirada y mirada, entre sombras, en escenas en las que el tiempo parece pararse para constituir filmes independientes...

Una vieja casa en la que uno de los protagonistas fue maltratado por la familia de su amada (reminiscencias de Cumbres borrascosas vigorizadas por el intelecto de Lang), un niño en un mundo lleno de misterios y emociones (el autor de Oliver Twist también inspira el relato), celos y redenciones... En Moonfleet se alternan luces y sombras al mismo tiempo que ilusión y amargura. Interesantísima, Moonfleet se erige en mi opinión como uno de los mayores logros de Lang y su sugestividad y calidad la sitúan en un buen lugar en la historia del arte cinematográfico.

Después de veer Moonfleet (la había esperado largo tiempo) sentí una desilusión que poco a poco fue transformándose en comprensión de su infinita gama de matices e ideas. Esa comprensión se transformó en admiración, en ganas de revisitarla continuamente... No es una película de aventuras más: es la plasmación simultanea de la mirada de un niño y de un adulto, es decir, la plasmación idonea de la aventura.

 

Puntuación: 4,5/5

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