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Crítica número 25: Qué verde era mia valle (John Ford, 1941)

Crítica número 25: Qué verde era mia valle (John Ford, 1941)
Qué verde era mi valle
De manera concisa espero expresar lo que pienso e insto a aquellos que no la hayan podido visionar a que lo hagan con urgencia:

La fotografía es prodigiosa, realmente fantástica, la banda sonora es excelente, el guión es óptimo... Pero hay algo intangible que la convierte en una de las mejores películas de la historia: en esta película encontraremos una nostálgica narración que ensalza los valores del esfuerzo, la familia, el amor y la ilusión.
El trazo realizado por John Ford es definitivamente mayestático y describe las esencias de la vida en esta joya del año 1941 que perdurará nostálgicamente en nuestras mentes ( de manera idéntica a lo que le ocurre al narrador en la película ).

Sólo hace falta una escena para ilustrar la valía de esta prodigiosa obra: la despedida de los hermanos que han expresado su intención de emigrar a América en busca de oprtunidades y su posterior partida por una callejón oscuro y húmedo dirigiéndose a la oscuridad de la que no saldrán jamás: pasarán de ser queridos en su pequeño y acogedor valle a ser olvidados, perdiéndose para siempre en la masificación de las metrópolis industrializadas: aquí se halla la mejor descripción del advenimiento de la sociedad moderna jamás filmada.
Puntuación: 5/5

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