Blogia
Cineyarte

Crítica número 87: La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957)

Crítica número 87: La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957)

 

La noche del demonio supone el retorno de Jacques Tourneur al género en el que sentó cátedra a principios de la década de los cuarenta con obras maestras como Yo anduve con un zombie (1943), La mujer pantera (1942) o el no tan excelente (valorado globalmente) pero con numerosos aspectos sobresalientes  El hombre leopardo (1943).

 

Nos encontramos ante un filme que, como aquellos, transcurre entre  antiguas y misteriosas maldiciones, expuestas esta vez por un veterano Jacques Tourneur con suma corrección pero con menos ambigüedad, intensidad y creatividad  cinematográfica. El trabajo de puesta en escena no sobresale con rotundidad, el filme se desarrolla de manera satisfactoria pero un tanto genérica, programática, careciendo de este modo del arrebatador factor poético, embriagadora elegancia y mágica capacidad ensoñadora de sus obras de antaño.

 Autor en decadencia artística, Jacques Tourneur estaba a punto de entrar en su peor etapa con títulos tan discutibles como Timbuktú,  La batalla de Marathón ( ambas de 1959), La comedia de los terrores (1964) o  La ciudad sumergida (1965). Esa decadencia no era tan patente en el momento de realización de la obra que nos ocupa (año 1957) y  Tourneur, a pesar de la falta de excelencia antes apuntada, acierta en aspectos como la administración del tempo, la creación de atmósferas, el sonido (cabe resaltar el sonido que se eligió para las apariciones del demonio) o la elección de escenarios.

 Resultan  especialmente destacables  la escena inicial (planos en contrapicado desde un coche que presentan al amenazador bosque), algnos asuntos tratados (cabe destacar un tema recurrente en buena parte de la filmografía de su director: la confrontación entre superchería y ciencia), la acertada utilización del sonido (el sonido que acompaña al demonio supone uno de los mayores aciertos del filme, quedando la banda sonora en un segundo plano) o la inclusión de determinados efectos visuales (momentos de distorsión onírica producida en Dana Andrews).

 Es necesario considerar que  en este caso el maestro francés no pudo contar con una fotografía tan expresiva como las que le brindaron los especialistas de la RKO en su primera etapa en el género, siendo este dato de especial  relevancia  teniendo en cuenta que este era un apartado clave en sus obras.

 La noche del demonio es una obra digna de su autor, incluso notable, una de las mejores obras del género en aquellos años,  mas,  por diversas razones antes apuntadas someramente, queda lejos de la excelencia dificlmente igualable que Jacques Tourneur (apoyado e inspirado por su productor Val Lewton y el excelente equipo de su productora) mostró en su mejor época.

 

 

Puntuación: 3/5

1 comentario

Antonio Nahud Júnior -

Gosto muito de Tourneur, mas não conheço essa sua fase final decadente.
Saludos

www.ofalcaomaltes.blogspot.com